El desarrollo de esta metodología fue llevado a cabo en colaboración por el Gabinete de Biología Molecular y Microbiología, a cargo de la la Lic. Marcela Costagliola (jefa del sector) y la Vet. Verónica Jurquiza (integrante del Gabinete), ambas integrantes del INIDEP. De la reunión participaron el director del instituto, Dr. Otto Wöhler, el director de Pesquerías de Invertebrados, Peces Pelágicos y Ambiente Marino Dr. Marcelo Pájaro, las investigadoras Costagliola y Jurquiza, el presidente del laboratorio Hernán Fares Taie y la Dra. Silvina Quintana, encargada del Área de Biología Molecular. Durante el encuentro, los presentes dialogaron sobre el premio recibido, el trabajo en conjunto que vienen desarrollando y nuevas posibilidades de colaboración de cara al 2017. En Argentina, la pesquería de langostino patagónico es, en términos económicos, una de las más importantes de la ZEE (Zona Económica Exclusiva). Su comercialización internacional requiere implementar y desarrollar controles sanitarios. El Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias alienta a los Miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a basar sus medidas sanitarias en las normas, directrices y recomendaciones internacionales establecidos por la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE). En referencia, a la comercialización de crustáceos, la OIE ha indicado que la Enfermedad de la Mancha Blanca (WSD, por sus siglas en inglés), en caso de ocurrir, debe ser declarada obligatoriamente. El virus del síndrome de la Mancha Blanca (WSSV, por sus siglas en inglés) agente etiológico de la WSD, es uno de los principales patógenos que afectan al camarón y otros crustáceos. La tasa de mortalidad puede llegar a ser del 100%. Esta enfermedad tiene un gran impacto económico, sobre todo en el cultivo del camarón (Litopenaeus vannamei) extendido mundialmente.